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Roberto Pablo Corea Chávez

Roberto Pablo Corea Chávez

12/06/2018

24 años

Managua

Vendedor ambulante

Roberto Pablo Corea Chávez

“Me gustaría que lo recordaran como era: cariñoso, hablantín, bromista, servicial”

 

Asesinado el 12 de junio de 2018 en Managua 

Roberto Pablo Corea Chávez nació el 18 de diciembre de 1994, en Managua, en el barrio Carlos Núñez, el padre biológico lo abandonó cuando él tenía tres años.  Su madre, Nora Isabel Chávez se unió a una nueva pareja, que crio a Pablo como su propio hijo. 

Roberto desde pequeño anduvo vendiendo con su madre, “cajetas” en los buses por la parada de la Universidad Centroamericana, UCA. Así se fue criando, estudiaba y trabajaba como vendedor ambulante. Estudió en el “Experimental México” hasta tercer año, y pensaba estudiar derecho, pero cuando se fue a vivir con su pareja y nació su primera hija, se le hacía imposible seguir el régimen regular, fue cuando entonces optó por estudiar los domingos.  Con el nacimiento de su segunda hija renunció a sus estudios porque el domingo  es el día en que más se venden cajetas, y necesitaba asegurar  los ingresos para los gastos básicos del hogar. 

Roberto, tuvo problemas con su pareja, pero ello no impidió que fuera un padre excelente (fue padre y madre para sus hijas), las cuidaba, estaba siempre  pendiente de ellas, especialmente con la mayor  cuando le daban crisis de asma y debía ingresarla al hospital. Siempre la acompañaba por la noche y por el día se iba a vender.

Pasó a vivir entre dos casas, la de su madre (en el barrio Carlos Núñez) y la casa de su expareja, donde vivían sus hijas, en el Reparto Shick. 

Roberto, era una persona alegre, bromista, servicial. Su madre reitera que fue ella que le enseñó a ser amistoso y a tener buenas costumbres. Siempre estaba dispuesto  ayudar a quien lo necesitara aunque tuviese que arriesgar su vida. Era aficionado a ver películas y le gustaba darse bromas. 

Me gustarían que lo recordaran, como era: cariñoso, hablantín, bromista, servicial. Así lo recuerda la gente, así lo recuerda una señora que vendía por la secundaria de Villa Venezuela a quien siempre ayudaba a que vendiera la comida. También cuando iba al mercado y veía a alguien cargando algo pesado, se ofrecía a ayudarle.

En mayo se atrincheró en la UPOLI con su papa biológico, consideraba injusto todo lo que había sucedido con los estudiantes, pero como tenía obligaciones con su familia se tuvo que salir.

 

Hechos

La madre de Roberto, Nora Isabel Chávez, cuenta que desde 1 de junio, cuando paramilitares rafaguearon al menos 20 casas cerca del Reparto Shick donde vivían sus dos nietas, Roberto se quedaba en la casa de sus hijas para cuidarlas. Dice que el día 12 su hija le avisó que le habían disparado. Roberto “quedó como una hora en la calle hasta que los armados se fueron. Cuando llegamos, unos caponeros ya se lo habían llevado al (hospital) Manolo Morales, pero llegó muerto. Mi hija menor y mi marido le vieron la camisa desgarrada y la boca reventada. No permitimos que lo llevaran a Medicina Legal porque borran las evidencias. Al final me lo entregaron con la bala y el acta de defunción que decía: ‘Muerte por arma de fuego’”.

El martes 12 de junio la Operación Limpieza inició con un nuevo ataque a los barrios orientales: Santa Rosa, Larreynaga, El Dorado, Paraisito, María Auxiliadora, Villa Progreso, Enrique Smith y Nueva Libia. Según testigos, unas 15 patrullas de la Policía permanecieron apostadas en el sector del puente El Edén. Una caravana de camionetas Hilux con policías y encapuchados, acompañada de dos retroexcavadoras tumbaron las barricadas. Los paramilitares disparaban a cualquiera que estuviera ahí. En el barrio Enrique Smith el ataque de unos 20 encapuchados dejó nueve heridos y dos muertos: Ariel Ignacio Vivas, quien ayudaba en labores de limpieza a operadores de la Alcaldía y Roberto Pablo Corea Chávez, vendedor ambulante de cajetas.

Memorias