Marcos Antonio Samorio Anderson
“Estaba en el lugar equivocado”
Asesinado en Managua el 21 de abril de 2018
Marco Antonio Samorio Anderson estaba cerca de cumplir los 30 años cuando fue asesinado en los alrededores del Zumen. Trabajaba como obrero en la empresa Sacos del Campo y ese día, el 21 de abril, se dirigía a su casa después de cumplir su jornada laboral.
Tomás Francisco Samorio Torres, su papá, relata que Marco Antonio se crió con sus abuelos y convivió con su papá y sus tíos como un hermano más. La familia era numerosa y Tomás recuerda que había estabilidad y respeto entre los hermanos, pero que, como en toda familia, había también diferencias y dificultades. “Él era un muchacho algo difícil, que a su vez trataba de facilitar las cosas, aspiraba a cosas buenas”, dice el padre.
Marco Antonio era padre de una niña y otra estaba en camino. No logró conocerla pues la niña nació tres meses después de su muerte. Trabajaba duro y trataba de dar lo mejor que podía a sus hijas.
El 21 de abril, el joven pasaba por el Zumen en momentos en que la Policía y los paramilitares reprimían a balazos una manifestación de protesta frente a la Alcaldía de Managua. Recibió tres impactos de bala: uno en la mano, otro en la costilla y el tercero en el pecho. “Él fue víctima de algo que no merecía, no tenía nada que ver con la situación, estaba en el lugar equivocado. Él no hubiera querido estar ahí, pero le pasó. La policía era la única que tenía armas y disparaba contra los manifestantes”, relata su papá.
La familia no se había enterado de su muerte, pese a que el sábado 21 Marco Antonio no llegó a dormir a su casa y tampoco apareció el domingo. La abuela se inquietó y dio la voz de alarma. El padre llamó repetidamente a su celular, pero no recibió respuesta.
El día 23 de abril la familia empezó la búsqueda, en medio de noticias sobre la existencia de heridos que habían sido trasladados al hospital Vélez Páiz. La tía de Marcos preguntó ahí, pero la remitieron al Instituto de Medicina Legal. “A mí me tocó ir a Medicina Legal a preguntar por mi hijo. En la recepción me hicieron esperar casi 50 minutos. Fueron los 50 minutos más largos de mi vida. Al final, me recibió una persona y me pidió si andaba una foto. Mostré la foto de Marco Antonio que andaba en el celular y me confirmaron que era él”, recuerda el papá. Y si eso fue doloroso, fue peor lo que vino después. A la hora de retirar el cuerpo, se lo entregaron totalmente desnudo. Al padre le impactó pues recordó a su hijo recién nacido. Sintió un terrible escalofrío en todo el cuerpo, desde la uña del pie hasta la punta del pelo… una experiencia impresionante, para no olvidar jamás.
“Ya pasó más de un año desde que mi hijo fue asesinado y todavía no se ha hecho justicia. Todos sabemos quiénes son los responsables y el gobierno tiene una doble responsabilidad, por haberse negado a negociar y buscar una solución a la crisis”, afirma don Tomás.
“Recordamos a Marco Antonio como ese niño inocente que tuvimos en nuestros brazos, recordamos su esfuerzo para superarse en el trabajo duro y sacar adelante a su familia. Por haber sido criado por sus abuelos, se dejó llevar siempre por los consejos y buenos principios de los mayores. Su legado son sus dos hijas, las dos nietas que me quedaron… Toda la familia está luchando para encontrar la justicia y reparación para él”, enfatiza.
Hechos
Una camioneta cargada de paramilitares pasó disparando a quienes se encontraban en la zona, entre ellos el joven, que recibió dos impactos de bala, uno de éstos a la altura del corazón.
El día 21 de abril de 2018, entre las 7 y 9 de la noche, en el sector de la Alcaldía de Managua se realizó una protesta contra el gobierno que fue reprimida por efectivos de la Policía, paramilitares y miembros de la Juventud Sandinista. Marcos Samorio Anderson regresaba de su centro de trabajo en el recorrido de AGROSACO, pero en el sector del Zumen los paramilitares no dejaron entrar el recorrido a San Judas, razón por la cual se bajó y caminó.
Se le brindó asistencia médica en el hospital Vélez Páiz pero falleció sobre las 10 de la noche. La familia no tuvo noticias de su paradero hasta dos días después, cuando reconocieron el cuerpo en el Instituto de Medicina Legal. El certificado de defunción extendido por el Ministerio de Salud señala como causa directa de muerte “herida por proyectil de arma de fuego, hemorragia masiva, laceración de pulmón y corazón”.
"Su legado son sus dos hijas, las dos nietas que me quedaron… Toda la familia está luchando para encontrar la justicia y reparación para él”,
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