Jeisson Ricardo Potoy

22 Años - Artesano del calzado

 Jeisson Ricardo Potoy

“Sentí que mi vida se había acabado. Él era mi niño”

 

Asesinado en Masaya el 3 de junio de 2018

Jeisson Ricardo Potoy era de Monimbó y trabajaba como alistador de zapatos. Su mamá, María Melania Potoy Vivas, dice que era un muchacho alegre y que le ayudaba. “Era alistador de zapatos y en mayo me trajo tres pares de zapatos nuevos. Convivía con una muchacha que quedó embarazada de un mes. Ya la niña nació”, relata.

María Melania recuerda que Jeisson pasaba sus ratos libres en la casa hasta que el 19 de abril empezó a protestar: “Se iba a la Placita de Monimbó con su bandera y andaba en las caravanas.  Por primera vez lo vi andar con piedras, con un casco y un trapo mojado para protegerse de las bombas lacrimógenas que estaban tirando. Yo le decía que no fuera, pero él seguía en la protesta”.

Jeisson participaba activamente en la lucha cívica, trasladando heridos en su moto y apoyando a los atrincherados en las barricadas que se habían levantado en distintos puntos de Masaya.

Ya para inicios de junio era difícil ingresar a Monimbó y su mamá cuenta que el día que Jeisson fue asesinado, ella andaba en Managua pero se regresó porque tenía un mal presentimiento. Dice que le costó entrar al barrio porque estaba cercado y había balacera. Ella empezó a llamar al celular de Jeisson, pero no le contestaba.

Su hermano, José Asunción Canales Potoy, cuenta que la noche del 3 de junio los muchachos se enfrentaran a la Policía y a los paramilitares con piedras y morteros. “Querían hacer retroceder a los paramilitares hasta el Parque Central, pero no se percataron de que era una emboscada, pues en cada esquina del parque había hombres armados que salieron disparando en medio de la oscuridad. Los muchachos se replegaron y corrieron hacia el sur, pero Jeisson cayó abatido por un balazo en la espalda. Cuando sus compañeros se dieron cuenta que faltaba alguien, miraron hacia atrás y miraron a los paramilitares que lo venían arrastrando y golpeando. Estaba herido”, señala.

De acuerdo con al relato de sus compañeros, los muchachos consiguieron más morteros y regresaron para intentar rescatar a Jeisson, que quedó tendido bajo un fuego cruzado de morteros contra balas. Lo llevaron a la Cruz Roja y poco después falleció.

Su hermano dice que mientras los muchachos cargaban el cuerpo de Jeisson, el salió corriendo hacia su casa para darle la noticia a su mamá, que estaba en el portón. “Yo sentía que mi vida se había acabado. Él era mi niño”, afirma María Melania.


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