Luis Ramon Cruz Alvarado

38 Años - Mecánico de cabezales

Luis Ramón Cruz Alvarado 

“¡Luchó de corazón por Nicaragua!” 

 

Asesinado en Chinandega el 23 de mayo de 2018 

 

Luis Ramón Cruz Alvarado es recordado por su familia como un buen hijo, excelente hermano y muy trabajador. Su madre, Berta María Alvarado Rivas, lo describe así: “Era tranquilo y cariñoso, nunca tuvo una palabra mala contra nosotros y se llevaba bien. Estudió hasta segundo año de bachillerato y después aprendió mecánica. Llegaba a la casa en su bicicleta, le abríamos el portón y platicábamos. Tenía 38 años y soñaba ver una Nicaragua libre. Le gustaba andar con la bandera azul y blanco de nuestra patria y decía: Si por eso voy a morir, pues muero”. 

 

El padre, Luis Manuel Cruz Hernández, lo recuerda como “un excelente trabajador. Era mecánico de cabezales y lo llamaban de todas partes de Nicaragua. No le tenía reparo al trabajo y si era necesario trabajaba toda la noche. También le gusta ir al mar, jugar béisbol y fútbol”.

  

La mamá recuerda que Luis Ramón compartía el cuarto con su hermano Héctor y que juntos se sentaban a platicar y a ver televisión, ya que eran muy unidos. “Era el mejor hermano, me cuidaba, me protegía, me ayudaba en todo”, dice Héctor. Doña Berta cree que ese deseo de ver a Nicaragua libre y de proteger a los más jóvenes, llevó a Luis Ramón a integrarse a las protestas desde el 18 de abril y a asumir un liderazgo en la rebelión de los auto-convocados que montaron el tranque en la rotonda Los Encuentros, sobre la carretera León-Chinandega.

Aquel 23 de mayo, la represión en León y Chinandega comenzó cerca de las ocho de la noche, cuando el tranque fue atacado por turbas orteguistas con escopetas y morteros. La revuelta se extendió a los barrios San Agustín y Guadalupe. “Mi hijo escuchó del ataque a los chavalos y dijo: los voy a ir a ayudar porque no puedo dejarlos morir”, cuenta su padre. 

  

Luis Ramón recibió un disparo en el tórax cuando se movilizaba en su bicicleta en una calle del barrio San Agustín. Su hermano Héctor afirma: “Los policías y sus sicarios atacaron con furia, sin piedad, con escopetas y fusiles Dragunov. Ellos sabían que mi hermano era líder en el tranque y por eso se ensañaron con él. Su cara y su cuerpo estaban bien golpeados”.

 

Herido, Luis Ramón fue llevado por los jóvenes al hospital España de Chinandega, donde falleció. Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal en León y entregado a su familia a las cuatro de la tarde del día siguiente.  

La represión de ese día dejó dos personas muertas y más de 100 heridas, que fueron atendidas por brigadas improvisadas de estudiantes de medicina o llevadas a clínicas privadas.  

 

El funeral de Luis Ramón fue muy emotivo. Después de una misa en la iglesia de El Redentor, el cortejo partió al cementerio acompañado por los vecinos y pobladores de la zona. “El entierro llegaba a cuatro cuadras de gente, todos con banderas azul y blanco porque yo así ordené. Y después de las cuatro cuadras iba un carrerío detrás. Los estudiantes estaban en llanto cuando enterraron a mi hijo”, relata el padre.

 

Partió rodeado del cariño y la solidaridad de sus vecinos y su ataúd iba cubierto con la bandera azul y blanco. En su frente, Luis Ramón llevaba un cintillo con la consigna “¡Que se rinda tu madre!” 

 


Quiero Conocer más