Juan Alejandro Zepeda Ortiz

19 Años - Estudiante de secundaria

 Juan Alejandro Zepeda Ortiz

“Su futuro era ser médico, le mataron sus sueños”

 

Herido en Chinandega el 30 de mayo de 2018. Falleció el 31 de mayo.

 María Elena Zepeda cuenta que su hijo, Juan Alejandro Zepeda, tenía 18 años y cursaba quinto año de secundaria en el Instituto Politécnico en Chinandega. Le gustaba el estudio y sacaba buenas notas. Tenía un carácter alegre y era muy querido por sus compañeros que lo apodaban “el Gastón”. El joven alternaba su tiempo libre con juegos de béisbol en la calle con los chavalos y visitas a la casa de su novia. Cuando estaba en casa, le gustaba mecerse en la hamaca y ver televisión. Con mucho orgullo, la mamá enseña las fotografías de su hijo luciendo su toga y su birrete en las promociones de preescolar y de primaria. En otras fotos, ya adolescente, posa junto a la banda de guerra del colegio, con un impecable uniforme color lila, anteojos oscuros y su tambor.

Doña Mari, como la llaman las vecinas, cuenta que el muchacho “andaba en algo, pero no me decía nada. Yo lo oía que le gustaban las canciones de las marchas y vi que él se fue integrando… No me decía nada porque sabía que, a mí, como a cualquier madre, me daba miedo”.

Juan Alejandro se había incorporado a las marchas que se organizaron a partir del 23 de mayo en Chinandega y sufría persecución de policías que lo acosaban con sus motos y patrullas. El 30 de mayo, el joven salió de su casa alrededor de las 7:30 para integrarse a la marcha de protesta convocada en solidaridad con las madres de los jóvenes asesinados por la represión estatal. En Chinandega, igual que en otros departamentos del país, la marcha fue atacada por la Policía Nacional y grupos de choque afines al gobierno.

Doña María Elena se quedó muy inquieta desde que su hijo salió de la casa. “Entraba y salía con frecuencia para ver si venía. Yo sabía que estaban los tranques y los muchachos estaban allá. De repente se acerca una vecina y me dice: Mujer, a tu hijo lo llevaron al hospital España”, relata. Se trasladó de inmediato al hospital donde tuvo que insistir para que la dejaran entrar. Le dijeron que el muchacho había recibido un balazo en el ojo y que sería trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Poco después llegó su padre, pero Juan Alejandro había muerto.

“Mi sobrino cayó y la Policía lo golpeó en el suelo. Cayó como a las 11 de la noche con dos morterazos, en el brazo y en la pierna, y una perforación de arma de fuego que entró por el ojo con orificio de salida por el occipital”, declaró Luz Indiana Zepeda, tía de la víctima. Recordó que el estudiante ya había sido herido en un brazo durante las protestas del 23 de mayo.

A la mañana siguiente, el cuerpo de Juan Alejandro fue llevado a su casa donde lo prepararon y velaron. Doña María Elena afirma que sintió la profunda solidaridad de los vecinos y compañeros de su hijo, que los acompañaron al cementerio.


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