Cruz Alberto Obregón López
23 Años - Estudiante
Cruz Alberto Obregón López
“Vamos a construir una nueva Nicaragua con paz y con justicia”
Asesinado en Estelí el 30 de mayo de 2018
Cruz Alberto Obregón López nació en la comunidad El Regadío y tenía 23 años. Era un esforzado estudiante universitario que cursaba Ingeniería civil en la UNI e Ingeniería en Energías Renovables en la UNAN-FAREM de Estelí. Le faltaba un semestre para terminar ambas carreras. Su aspiración era seguir sus estudios superiores y convertirse en un gran profesional. Su inteligencia y vocación por el estudio se vislumbraron desde la escuela primaria, cuando una entrevista que realizó cuando estaba en tercer grado fue catalogada como excelente por sus maestras.
Cruz Alberto creció en la casa de su abuela materna, Manuela del Carmen Pérez, quien lo recuerda como un muchacho humilde, tranquilo, educado, muy alegre y siempre dispuesto a ayudar a las otras personas.
Para su tía, Gabriela López Pérez, el joven era soñador y muy esforzado. Tenía grandes proyectos y en medio de las limitaciones de la familia se esforzaba para mejorar cada día. Además de sus estudios universitarios, en sus vacaciones hacía trabajos de albañilería y de electricidad.
Su mamá, Sara Amelia López, remarca que Cruz “era educado, cariñoso y muy popular. Tenía mucho amor por las demás personas, por sus compañeros.”
Las tías Gabriela y Carmen Oneyda López Pérez señalan que la familia de Cruz Alberto había sido sandinista pero cambiaron su forma de pensar “porque no estaban de acuerdo con lo que el gobierno estaba haciendo”. El joven era miembro del Frente Sandinista y durante las elecciones trabajaba como jefe de mesa electoral, pero su tía Gabriela asegura que a la vez era muy inteligente, analítico y crítico.
“Él vio que toda esa revolución de la que había aprendido tanto era un gran fiasco, una gran derrota. Para él, la gota que derramó el vaso fue que mataran a Orlando Pérez, su amigo y compañero de la universidad en la carrera de Energías Renovables. Su muerte lo impactó muchísimo” afirman las tías.
Tras la muerte de Orlando, Cruz Alberto se involucró de lleno en las protestas y el 30 de mayo participó en la Marcha de las Madres, donde los manifestantes fueron atacados por fuerzas de choque y paramilitares. Aproximadamente a las 9 de la noche, a media cuadra de la plaza Domingo Gadea, Cruz recibió el impacto de múltiples proyectiles, la mayoría en su tórax. Fue trasladado en moto a la sede de la Cruz Roja y después al hospital Adventista. “Él iba consciente y les decía a los muchachos que lo acompañaban que no lo dejaran solo, que no lo dejaran morir. La sangre lo asfixiaba y decía que no podía respirar”, relata su mamá, Sara Amelia. En el hospital, la doctora que lo recibió lo atendió con rapidez. Cruz le dio su nombre y pidió que le avisaran a su mamá. Cuando lo entubaron, salieron los coágulos de sangre y por fin pudo respirar, pero falleció minutos después.
“Truncaron sus planes pero queda un héroe. Por la sangre derramada, vamos a construir una nueva Nicaragua con paz y con justicia”, afirma la madre.
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