Manuel Salvador López Romero

31 Años - Panadero

Manuel Salvador López Romero

“Los caídos en abril de 2018 merecen su museo y su respeto”

 

Asesinado en Masaya el 21 de junio de 2018 

Gema Concepción González, compañera de Manuel Salvador López Romero, recuerda que vivieron felices durante siete años, período en el que procrearon un hijo. “Era una persona excelente, serio y recto en sus cosas. Poco amigo de las bromas, le gustaba hacer las cosas de forma correcta. Deseaba ver a su hijo convertido en una persona preparada”, relata Gema.  Durante la semana Manuel trabajaba en una panadería y los domingos se los dedicaba a la familia. Le gustaba ver televisión con su niño y llevarlo a jugar nintendo. Tenía 31 años.

“Trabajaba en Masaya, pero lo habían llamado a trabajar en una panadería de Nindirí. Se sumó a la protesta cuando vio que un policía le pegaba a un señor de la tercera edad y vio que los estudiantes luchaban por lo de ellos y que el gobierno les respondía con armas. Por eso se involucró en los tranques y andaba de arriba abajo, a veces no llegaba ni a dormir.  El 6 de junio, día que estábamos cumpliendo ocho años de convivencia, lo hieren en una pierna, pero lo curamos en la casa”, recuerda Gema.

Quince días después, el 21 de junio, estaba recuperándose de la herida cuando le avisan que estaban atacando los tanques de MEBASA. “Como su mamá vive en esa zona, decidió ir a ver si ella estaba bien. Se descuidó y cuando cruzaba una calle fue herido por el disparo de un francotirador”, explica. La bala le perforó el estómago y aunque llegó con vida al hospital, Manuel falleció poco después.

Su esposa lamenta que no pudo verlo con vida y aspira “a que se haga justicia y que los responsables paguen por sus crímenes. Que los asesinos que rodean a Daniel y a la Chayo acepten que ellos fueron los asesinos del pueblo. Los asesinos no tienen perdón de Dios. Ellos se podrán reír de uno, pero nadie escapa de la justicia divina. De esa no se podrán reír”, expresa adolorida.

Para Gema, hacer memoria es recordar al ser querido que se pierde: “Que se mate a la gente de esta manera queda grabado en el corazón y en la mente de uno. Los caídos en 2018 merecen su museo y su respeto. El museo podría llamarse Héroes del 2018.

En la cruz que corona la tumba de Manuel Salvador López Romero, Gema quisiera escribir un epitafio: “No importa la distancia que nos separe. Siempre estarás en mi corazón”.


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