Franco Alexander Valdivia Machado

24 Años - Estudiante universitario, artista y padre de familia.

Franco Alexander Valdivia Machado, “Renfan”

Aunque a mi vida días le resto, seguiré diciendo verdades cueste lo que me cueste”

 

Asesinado en Estelí el 20 de abril de 2018 

Su nombre artístico era “Renfan” y aunque su verdadera pasión era el rap, Franco Valdivia Machado era un joven polifacético: de lunes a viernes trabajaba en un taller de carpintería, por las noches estudiaba Derecho y los fines de semana era árbitro de béisbol y softbol. Componía “rap conciencia”, con líricas que abarcaban temas como la migración, la violencia, el uso de armas y el autoconocimiento. Llamaba a sus canciones “escuela del pensamiento”, título que usaría para su álbum de debutante. Tenía 24 años, estaba casado y era padre de una niña de cuatro años, que hoy aprende sus canciones.

“Franco era un muchacho bien callado, calmado. Tenía su parte alegre y le gustaba salir adelante y ayudar a los demás. Su aspiración era terminar su carrera y componer canciones. Le gustaba mucho la lectura y de los libros sacaba muchas ideas”, comenta su mamá, Francisca Machado. Su hermana, Francis Judith, dice que el joven tenía metas muy definidas: terminar la carrera y sensibilizar a los jóvenes para que se dedicaran a cuidar y amar a la familia. “Quería mejorar como persona, como padre, como hijo, como estudiante, como hermano”, agrega.

La hermana señala que para Franco la lectura y el estudio eran fundamentales para salir adelante y desarrollar un pensamiento crítico. Quería tener su propia biblioteca y un pequeño estudio de grabación. En algún momento escribió: antes me desvelaba en las discotecas, ahora me desvelo en las bibliotecas. Ella recuerda con tristeza que ese último fin de semana de abril iba a regalarle un libro titulado El lenguaje del amor de los hijos. Ya no se lo pudo dar.

Franco se involucró en las protestas desde el 18 de abril. “Él estaba muy indignado por las reformas a la seguridad social porque en la familia eso nos afectaba a todos. Luego, cuando la respuesta por parte del gobierno fue golpear y agredir a los ancianos en León y a los estudiantes en la UNA, se indignó”, expresa su hermana. El 20 de abril se sumó a la marcha que iba a salir del Instituto Nacional Francisco Espinoza, pero cambió de ruta debido a la presencia de policías, paramilitares y fuerzas de choque bloqueando las calles. Cuando los atacantes empezaron a disparar, Franco hizo un video frontal en el que mostró en sus manos un proyectil y relató cómo estaban siendo violentamente reprimidos. En medio del caos se dedicó a ayudar a los heridos y entre ellos vio a César Castillo y a Orlando Pérez.

 

Minutos después de transmitir su video, aproximadamente a las nueve de la noche, Franco Valdivia Machado fue asesinado frente a la Alcaldía de Estelí. Un disparo en la cabeza provocó su muerte instantánea. Su cuerpo sin vida fue maltratado y arrastrado por los paramilitares, que lo abandonaron en el hospital San Juan de Dios a las 10:30 de la noche. Al día siguiente, los asesinos limpiaron la escena del crimen, ocultando pruebas fundamentales para la investigación del caso. Ese mismo día, su cortejo pasó frente a la sede municipal a modo de protesta y con sus rap como música de fondo.

 

El 3 de mayo, 13 días después de su asesinato, sus restos fueron exhumados y trasladados a Managua para practicarle una autopsia que duró todo el día. Su familia no entiende por qué la Fiscalía no ordenó ese proceso el mismo 20 de abril. Francis Valdivia expresa: “Los resultados preliminares revelan que quien le disparó a mi hermano estaba en una posición privilegiada. Se pudo encontrar en lo alto. La trayectoria de la bala es de izquierda hacia derecha, ingresando por el ojo izquierdo y quedó alojada en la parte derecha. En la Alcaldía de Estelí hay unas gradas y una terraza. En los videos se ve que los disparos salen de la Alcaldía”.

 

“Nos cerraron el acceso a la justicia. El caso de Franco es uno de los mejor documentados con pruebas científicas, pero la Fiscalía nos cerró las puertas y no nos entregó copia del dictamen de la autopsia. Ha sido un proceso desgastante emocional y físicamente. Y hasta el día de hoy no existe ni la mínima muestra de pretender aclarar el asesinato de mi hermano y dar con el responsable”, añade.

 

Un mes antes de su muerte, Franco Valdivia Machado ofreció una entrevista dirigida a los jóvenes invitándolos a luchar por sus sueños. “Nos dejó un legado de lucha, coraje, valentía y conciencia social”, dice Francis y señala que en Estelí su nombre ha sido rescatado por un bufete jurídico y por la Asociación de Árbitros de Béisbol.

 

Y el 19 de abril, Franco Valdivia colgó en su página de Facebook este poema estilo rap:

 

“Hoy es un gran día para morir

por no elegir el camino

que la corrupción nos quiere hacer seguir.

Y aunque a mi vida días le reste

seguiré diciendo verdades cueste lo que me cueste,

Sandino tenía un sueño y les aseguro que no era este,

que les moleste que proteste, pero a mi pensar nadie lo interfiere.

No esperen que reencarne un nuevo Rigoberto López Pérez

y muchas mentes se alumbren para desarticular tantos atropellos,

pues no hay tirano como la costumbre

ni pueblo que se opone a ello.

Siempre en mi monólogo se los dije

y hoy corroboro eso tan fatal,

pues quien derroca a un tirano y toma su lugar,

tarde o temprano terminará convirtiéndose en otro igual. Nicaragua”.


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