Matt Andrés Romero

16 Años - Estudiante

Matt Andrés Romero

“No tenemos miedo, ya nos quitaron un pedazo de familia”

Asesinado en Managua el 23 de septiembre de 2018

El estudiante Matt Romero fue asesinado el 23 de septiembre de 2018, en la última marcha azul y blanco que se realizó en Managua, antes de que la Policía prohibiera inconstitucionalmente todas las protestas sociales auto-convocadas.

Su abuelita, Rosa Largaespada, fue quien lo crió y le enseñó a preparar y vender nacatamales que cocinaban juntos en la casa, mientras la madre del niño trabajaba de conserje. Con la muerte de Andrés, como solía llamarlo, la mujer vivió un drama que jamás hubiera imaginado.

“Cuando vi en las noticias que él salió herido, pensé que era mentira. Ahí no más le dije a mi hija Tania que se fuera en carrera a buscarlo”, cuenta doña Rosa, de 70 años.

“Vayan a ver a mi muchachito, a Andresito, que se está muriendo”, clamó la abuela aquel domingo trágico. “Me imaginé que se iba a morir, porque esa gente son tiros certeros los que dan. Esos no te dan en un brazo o una canilla, te dan en la cabeza o en el pecho de un solo”, añadió.

La marcha donde Matt había participado, convocada para exigir la liberación de cientos de presos políticos, fue atacada por hombres armados. El gobierno alegó que Matt Romero murió como resultado de un “fuego cruzado” entre policías y manifestantes en el sector de Las Américas III, pero la familia rechazó rotundamente esa versión.

Dilcia Romero, tía del joven, dice que ella solo le cree a su hijo de 14 años, que estaba junto a Matt en la marcha: “Primero los atacaron los paramilitares con piedras y luego vinieron los tiros de AK… le daban a quien fuese: niños, adultos, ancianos… A los policías, antimotines y paramilitares no les importa nada”, señala.

En la vela del estudiante había dos ataúdes: el que compró la familia Romero, en cuyo interior acomodaron a Matt, y el que mandaron de una entidad del Estado donde Tania Romero, su mamá, trabajaba como conserje. “A mi hermana le dieron esa caja pero nosotros no la aceptamos. Allí la pueden ver a un lado. Nosotros le compramos su caja por aparte”, dice la tía Dilcia.

Camino al cementerio Milagro de Dios, el féretro de Matt Romero fue llevado en hombros por sus compañeros y amigos del colegio, varios de ellos vestidos con sus uniformes azul y blanco. Durante el entierro cantaron el himno nacional y lanzaron globos al aire, mientras el ataúd descendía a la fosa cubierto por la bandera de Nicaragua.

El camposanto estuvo rodeado por ocho patrullas de la Policía, cuyos ocupantes pretendieron sin éxito aterrorizar a la familia de Matt. “¿Por qué vamos a tener miedo, si ya nos quitaron un pedazo de la familia?”, preguntó la tía Dilcia.

Para honrar la memoria de Matt Romero a un año de su asesinato, la Unidad Nacional Azul y Blanco convocó a una marcha el 21 de septiembre de 2019 en Managua, la cual fue prohibida por la Policía que desplegó centenares de efectivos en las principales rutas de la movilización. Pese al asedio y la lluvia que no dejó de caer, decenas de auto-convocados salieron igualmente a las calles, desafiando el terror.


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