José Manuel Narváez Campos (Chemita)

Cuando los policías y paramilitares ingresaron a Jinotepe para desmontar los tranques y barricadas, José Manuel Campos se desplazaba en moto en compañía de su primo.

Los atacantes los interceptaron y el primo logró huir. No así “Chema”, que se había lastimado un pie y no pudo cruzar una tapia para evadir el cerco. Los paramilitares le dispararon de frente y le perforaron el pulmón derecho. Igual que ocurrió con otras personas asesinadas, su cuerpo fue lanzado sin piedad dentro de un camión de la Alcaldía que recogía escombros y quedó cubierto por una gran cantidad de piedras y adoquines.

“Veía que venía un mar de gente y que los muchachos se estaban desplegando. Alguien pasó por mi casa y desde la calle me gritó que a mi hijo lo habían matado…”

Eva Ruth (mamá)