José Leonel Casco Berrios

21 Años - Estudiante de economía

José Leonel Casco  Berríos  

“Quería una Nicaragua mejor, con igualdad de oportunidades” 

 

Asesinado en Chinandega el 6 de junio de 2018

 

Apodado “el Chino”, José Leonel Casco Berríos tenía 21 años y vivía con su mamá, doña Petrona, en el barrio San José de la ciudad de El Viejo, Chinandega. Era estudiante activo de la UNAN de León donde cursaba la carrera de Economía. Obtuvo una de las más altas puntuaciones en el examen de admisión de la universidad.  Su aspiración era estudiar duro y trabajar para mejorar las condiciones económicas de la familia. Su primo, Ángel Adrián Flores, relata que “era un joven bien entregado a su familia y muy apegado a su mamá. Para él su familia era primero”. 

 

Entre las características que distinguían a José Leonel, su primo recuerda que era “alegre, bromista y colaborador. Su energía era contagiosa y transmitía entusiasmo a las demás personas. Estimulaba la participación de los jóvenes para tener una Nicaragua mejor, con igualdad de oportunidades para todos”.

 

Ángel Adrián recuerda que José Leonel no pudo ser indiferente a lo que sucedía en el país y, por su propia iniciativa, buscó cómo incorporarse a los grupos que se organizaban en la universidad para sumarse a la protesta. “La violencia hacia los ancianos fue la gota que derramó el vaso. En El Viejo se unió a un movimiento de auto-convocados que querían sumarse a las protestas en otros departamentos. Nosotros éramos parte del equipo de seguridad y nos organizamos para enfrentar la represión del gobierno contra las marchas”, recuerda.

 

Ángel Adrián Flores relata que el 6 de junio, alrededor de las tres de la tarde, José Leonel salió de su casa con unos amigos para ir a una marcha que terminaría en la rotonda Los Encuentros. Una vez finalizada la marcha, los jóvenes intentaron montar un tranque en la salida de Chinandega hacia Corinto, cuando fueron   atacados por paramilitares toma-tierras asentados en la finca La Pañoleta. “Ellos llegaron con la intención de matar, llevaban armas y se veía que tenían entrenamiento militar”, expresa el primo.

Uno de los hombres armados le disparó a José Leonel, quien no pudo ser evacuado de inmediato del lugar. Cuando lo trasladaron en una moto al hospital España, en el área de emergencia le negaron la atención médica, asegura Ángel Adrián Flores. “En el hospital decían que a José Leonel no lo habían matado, no entregaban el cuerpo y tenían la intención de cambiar el acta de defunción. Querían cambiar la historia y no querían entregar el cuerpo, querían ganar tiempo para ver cómo encubrían el asesinato”, agrega.

Por la noche, tras la muerte de Casco Berríos, los jóvenes auto-convocados colocaron barricadas en la calle principal del barrio San Agustín, donde la represión continuó hasta las primeras horas de la madrugada. Otras dos personas murieron ahí asesinadas por la Policía y los paramilitares.

El 7 de junio y bajo una intensa lluvia, José Leonel fue sepultado en el cementerio de El Viejo. Sus compañeros lo recuerdan por su alegría y por su capacidad de volar alto. Dicen que en las marchas siempre sorprendía a los demás porque se encaramaba en los rótulos más altos, o se trepaba al Monumento al Trabajador para colocar la bandera azul y blanco.


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