Jonathan Eduardo Morazán Meza

21 Años - Estudiante

Jonathan Eduardo Morazán Meza

“Disparaban a matar”

 

Herido en Managua el 30 de mayo. Falleció el 1 de junio.

Jonathan Morazán Meza tenía 21 años y vivía con su mamá y su hermano menor, Kevin, a quien cuidaba y protegía. Debido a la separación de sus padres, se sentía responsable de la familia. Estudiaba Diseño Gráfico en la Universidad del Valle. Fue herido de muerte en Managua el 30 de mayo, cuando la marcha del Día de las Madres fue atacada a tiros por policías y paramilitares.

Su hermano dice que Jonathan era alegre, activo y que nada le daba pena. Trabajaba reparando celulares y computadoras y quería crear una serie animada, porque le gustaban mucho los anime. Su sueño era terminar la carrera, trabajar y viajar mucho. Quería conocer Argentina, porque decía que era una sociedad muy avanzada. Era un muchacho muy compasivo con las personas y muchas veces no cobraba por su trabajo.

“Tenía un buen corazón para la gente más necesitada, era sonriente, bromista, nos hacía reír con sus bromas y nunca estaba enojado”, recuerda Kevin Morazán. Además, dice, “había estudiado la carrera de Administración turística y hotelera, sabía hacer tragos, aunque no tomaba, sabía de etiqueta y también cocinaba.  En sus tiempos libre le gustaba ir a la Iglesia Mormona y también al gimnasio”.

La mamá de Jonathan, Josefa Esterlina Meza, recuerda que su hijo se sumó a las protestas a partir del 18 de abril de 2018, inconforme con la negligencia del gobierno frente al incendio de la reserva Indio Maíz y luego en rechazo a las reformas del Seguro Social. “Todos en mi familia nos integramos a las protestas”, dice.

“Yo venía más atrás en la marcha y mi hijo iba adelante con todos sus compañeros universitarios, entre la UCA y la UNI. Cuando empezó el ataque, ellos hicieron una valla humana para proteger al resto de manifestantes. Alguien gritó: “¡atacaron la marcha y dispararon, hay heridos!”, cuenta la madre.

“Yo venía con mi hijo menor y cuando salieron el montón de muertos, yo corrí hacia la UCA llamando a Jonathan a su celular, pero él no me respondió. Ya los paramilitares me lo habían asesinado”, relata. Los universitarios sacaron al joven en moto hacia el hospital Vivian Pellas, pero él ya iba inconsciente. Ni siquiera pudo dar su nombre y falleció al día siguiente a las 10 de la mañana.

“Él siempre estuvo inconsciente porque el disparo fue directo al tallo cerebral, fue a matar, fue un tiro certero de un francotirador”, insiste doña Josefa, mostrando un serie de radiografías que le tomaron al muchacho en el hospital Vivian Pellas.

Por su parte, el abogado Adrián Meza, tío del joven asesinado, señala que para neutralizar las protestas sociales el gobierno utilizó “el instrumento del terror” como un patrón repetido y que también caracterizó al régimen del dictador Anastasio Somoza y a su genocida Guardia Nacional.

“Ahora vemos otra vez a una Policía que le dispara a los ciudadanos de la manera más impune. Yo pensé que jamás iba a volver esto”, dice el doctor Meza.

En el funeral de Jonathan, su padre Eduardo Morazán, un ex mayor del Ejército, anunció que no dejaría de protestar contra el gobierno. “Mi marido siempre fue sandinista, pero hoy está resentido porque esto no es ya sandinismo, es un sistema implantado por una familia que reprime al pueblo”, indica la mamá.

“La muerte de todos nuestros hijos no va a ser en vano. Ellos tenían un ideal y tenemos que continuar con su lucha para liberar al país de esta dictadura, que es peor que la de Somoza”, añade.

Kevin Morazán sostiene que toda la familia quiere justicia, porque su hermano no fue un criminal. “Jonathan fue asesinado por rebelarse,  porque hay una dictadura que quiere callar la protesta por medio de la represión o matando a la gente”, señala.


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