Aproximadamente a las nueve de la mañana del 22 de abril, el joven se dirigió hacia el supermercado PALI del barrio La Fuente, en momentos en que vecinos de la zona se enfrentaban con activistas de la Juventud Sandinista que pretendían saquear la tienda. La Policía empezó a disparar contra la gente e hirieron a Jessner, según cuenta su tío.

La familia lo buscó en el hospital Manolo Morales y les dijeron que estaba en el quirófano; poco después, el médico les avisó que había fallecido por falta de sangre. En el hospital les pidieron poner la denuncia en el Distrito V de la Policía, pero una vez ahí les hicieron firmar un documento desistiendo de acusar a las autoridades policiales por el asesinato de Jesner. El acta de defunción emitida por el hospital fue alterada, indicando que había muerto por herida de arma blanca.

La familia espera que se haga justicia. “Queremos que los asesinos paguen en la prisión por los crímenes que cometieron, porque mataron a gente desarmada. Yo soy sandinista, pero no soy danielista y me duele que hayan ensuciado al Frente”, afirma don Norlan.

Y agrega: “En Nicaragua tenemos una dictadura, estamos presos y queremos ser libres. Mi tierno… lo voy a recordar en mi corazón”.